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Oriente siempre estuvo cerca


Oriente siempre estuvo cerca

Por Horacio Marmurek
Periodista de cultura y espectáculos


Llega un nuevo año y las cifras de 2021 dejan espacio para análisis rápidos que permiten visualizar algunas tendencias en el país y en el mundo. La venta de entradas de cine en la Argentina tuvo un repunte en los números frente a 2020. El total de tickets vendidos en 2020, un año completamente anormal por la pandemia, fue de 8.646.176.
En 2019, el último año de normalidad, el cine en la Argentina llegó a superar las 47 millones de entradas vendidas. La distancia entre aquel tiempo y hoy es astronómica.
La asistencia a los cines durante 2021 muestra cifras lejanas a los años previos a la pandemia de COVID-19. Como ocurre desde hace muchos años, un “tanque” estadounidense encabeza la taquilla local, en este caso Spider-Man: Sin regreso a casa, que convocó a 2.035.929 espectadores en solo 11 días y 502 pantallas. El impulso que le dio a la cartelera el filme de Jon Watts, con Tom Holland como el superhéroe, hizo que 2021 tuviera un ascenso vertiginoso de venta de entradas en diciembre, con 2.940.263 de tickets, un récord que supera el 1.490.986 espectadores que asistieron al cine el mismo mes en 2019, el último de pleno funcionamiento de las salas de cine.
El año 2021 cerró con algo más de 7.000.000 de entradas vendidas, y la parte del león se la lleva el cine “espectáculo” o “evento”. Películas que no son más que mero entretenimiento y que apuestan al público familiar, los efectos especiales, las franquicias o sagas. Superhéroes, monstruos o autos veloces podría ser un resumen de lo más visto del año. El cine nacional cayó a un piso histórico y preocupante: solo el 2%. La película más vista juntó algo más de 60.000 espectadores y la que se ubica en el décimo lugar del cine argentino, estrenado en salas, llegó a solo 2514 entradas vendidas.
Una lágrima.
Queda ver si 2022 traerá mejores perspectivas para las producciones locales: enero verá la demorada película de Ariel Winograd, Hoy se arregla el mundo; un poco más entrado el año arribará Argentina 1985, la película sobre el Juicio a las Juntas Militares. Se espera que ambas convoquen audiencia en las salas.
El fenómeno Spider-Man no es local, es global. Su recaudación es de las más grandes de la historia y fue lanzada en el momento justo. Nadie pensó en mover la fecha de estreno, nunca estuvo en duda que el momento era diciembre y para las fiestas. El resultado es más interesante si se pone en el contexto que tuvo Marvel durante 2021 en los cines, locales y mundiales.
La película Black Widow, la despedida del personaje de Los Vengadores que hacía Scarlett Johansson, trajo más titulares que espectadores. El estreno en modalidad compartida, salas y Disney+, redundó en discusiones legales con la actriz y en algunas críticas por el producto final.
Más avanzado el año llegó Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos, otro producto basado en personajes Marvel, que tienen que ver con la comunidad china, su mitología, su iconografía y la impronta de las películas de artes marciales que provienen de esa región.
Si bien no fue un éxito de público en nuestro país, en otras regiones funcionó muy bien.
La que no funcionó tan bien en ningún mercado fue Eternals, el debut en el mundo de los efectos especiales de Chloé Zhao, la directora ganadora de un Oscar por Nomadland. Una historia con elenco multicultural que abreva más en el mundo indio, griego y de Oriente próximo, que fue un cambio de paso en el ritmo que venían teniendo estas producciones.
Claro que decir que una de estas películas no funciona bien en taquilla no es decir que no vendieron entradas.
El comportamiento en el cine del público que asiste a las salas es bastante parecido en todo el mundo. Estas películas, que son más bien “eventos”, tienen una presencia muy grande en todas las carteleras del mundo y suelen ser las más vistas en todos los países. Ubicadas en los top ten de cada región, muchas veces son las únicas que ocupan esas posiciones, relegando a la producción local a no participar en el reparto grande del dinero.
Algunas partes de Europa resisten con mejor o peor suerte. Pero Corea del Sur y China no solo resisten sino que compiten con éxito con estos “tanques”. Lo hacen en cine y lo hacen en streaming.
Desde hace algunos años, el cine coreano (siempre del sur) viene creciendo en público en todo el mundo y, sin duda, Parasite, con su Oscar a mejor película, confirmó ese trabajo que comenzó ya hace algunas décadas.
Competir en el terreno nacional con las películas de Hollywood se da con mejor o peor suerte en todas las geografías del mundo; exportar esa competencia a otras tierras es un poco más difícil.
2021 en Corea no fue ajeno al huracán de fin de año de Spider-Man pero consiguió un segundo lugar muy competitivo con la película Escape from Mogadishu, un drama de acción local, dirigido por Ryoo Seung-wan y protagonizado por Kim Yoon-seok, Jo In-sung, Heo Joon-ho y Kim So-jin. La película, basada en hechos reales, se desarrolla durante la guerra civil somalí y relata los esfuerzos de las dos Coreas por ser admitidas en las Naciones Unidas a finales de los 80 y principios de los 90. Además muestra detalles de un peligroso intento de fuga realizado por trabajadores de las embajadas de Corea del Norte y del Sur que se quedaron atrapados durante el conflicto. Otros dos films estuvieron entre los diez más visto en el año. Y como si fuera poco cada una de las películas que estrenó Marvel tuvieron por lo menos un intérprete coreano en el elenco principal. En Eternals estaba presente Ma Dong-Seok, conocido por su actuación en Invasión Zombie (Train to Busan). Awkwafina, de ascendencia coreana, en hizo lo propio en Shang-Chi.
No es la primera vez que Hollywood coquetea con Oriente. En Lost una de las historias pasaba en Corea y tenía a algunos actores muy conocidos dentro del elenco.
Los hermanos Weinstein, antes de ser un activo tóxico para la industria, también coquetearon con China: produjeron Marco Polo para Netflix, una producción costosa donde, otra vez, había actores chinos, coreanos y descendientes de varios países de la región.
Sin duda esa tendencia se termina de confirmar cuando la producción de contenidos se descentraliza y las plataformas de streaming, con Netflix a la cabeza, empiezan a recibir proyectos locales para desarrollar en el territorio. Un proceso que fue creciendo y consolidándose hasta explotar con una serie que nadie imaginaba en lo que iba a transformarse.

El juego del calamar
Un suceso mundial que rompió todos los pronósticos y terminó transformando a sus protagonistas en fenómenos mundiales que viajan a los late night shows de Estados Unidos para ser entrevistados y hacer una gira de promoción de un producto que ya se había visto en todo el mundo.
Ese éxito dormido despertó a las plataformas para desarrollar, buscar y encontrar el próximo producto de Oriente que pudiera capturar la atención global.
A principios de 2021, Netflix anunció la puesta en marcha de dos nuevos centros de producción en Corea del Sur donde desarrollar series y películas, uno en Paju y otro en Yeoncheon, en las afueras de Seúl. Entre 2015 y 2020, la compañía invirtió unos 700 millones de dólares en contenido surcoreano y lanzó más de 80 series de esa nacionalidad, con subtítulos en 31 idiomas y dobladas a más de 20. Uno de los títulos que pondrán en marcha en los nuevos centros de producción es la adaptación de La casa de papel que anunciaron a fines de 2020.
En un evento celebrado en febrero en Seúl, Netflix anunció una inversión de unos 500 millones de dólares solo en 2021 en Corea del Sur, la mitad de los mil millones que tiene previsto invertir en toda el área del Este asiático. Poco después, la plataforma anunció en Tokio que estrenaría más de 40 series de anime producidas en Japón en 2021, el doble que en 2020.
Mientras tanto, en noviembre pasado, Disney+ llegó a la región y, para hacerse atractiva para el público local, anunció el desarrollo de series, animes y reality shows con sabor local pero también con proyección mundial.
Otras plataformas como HBO Max parecen dispuestas a seguir el camino iniciado por Netflix e invertir en animes y dramas coreanos ahora que comienza a ponerse en marcha la producción local en estas regiones. El periódico coreano Herald Economy aseguró recientemente que el conglomerado WarnerMedia está en negociaciones para comprar una participación del sello musical coreano HYBE, al que pertenece la popular banda BTS, un verdadero fenómeno en Corea del Sur. De cerrarse este acuerdo, HBO Max tendría los derechos de transmisión internacionales de sus conciertos, entre otros contenidos.
La batalla de las plataformas por la conquista del Este asiático está servida. Y es factible que, con eso, la conquista del mundo.
Pero…, siempre hay un pero. Después de conquistar hay que reinar. Y en el horizonte se puede avizorar una tormenta: el final del crecimiento de suscriptores. Eso será cosa de otro día.