Carla Buzasi, presidenta y directora ejecutiva de WGSN, abrió la semana en Cannes con una
sesión centrada en el futuro consumidor. A sala llena, destacó los cuatro sentimientos y
perfiles establecidos que impulsarán, según la consultora, el año 2024 y las recomendaciones
de acción para las marcas frente a estas tendencias.
Los cuatro sentimientos:
● Shock Futuro: se refiere a la parálisis social y emocional inducida por el "estrés devastador y
la desorientación" ante la magnitud y la velocidad de los cambios que estamos experimentando.
● Sobre Estimulados: la pandemia ha provocado una "revolución sensorial", en la que
el aislamiento y los cambios en las formas de trabajo y los hábitos sociales han alterado
rápidamente la forma en que usamos nuestros sentidos para navegar por el mundo. "Todo es
visual. Vivimos bombardeados por notificaciones. Más conectados que nunca, lo que por un
lado es maravilloso pero será sin duda un problema a largo plazo. Si antes teníamos déficit
de atención, ahora es aun peor", afirma Buzasi.
● Optimismo Trágico: no se trata de positivismo tóxico, implica la búsqueda de sentido en
medio de las inevitables tragedias de la existencia humana. "Los estudios muestran que el 72%
de las personas prefiere que sus vidas cambien antes que volver a la situación prepandemia.
Tratamos de encontrar lo bueno pero lidiando con altos niveles de ansiedad. Necesitamos
crear una pausa".
● Awe: asombro, "es la maravilla que sentimos cuando nos encontramos con algo poderoso
que no podemos explicar fácilmente". Una mezcla de miedo y sorpresa, es una emoción que
se ha dejado de lado en los últimos años, ya que las personas cambiaron estos momentos
por estabilidad, supervivencia y certezas. "En 2024, el asombro será el gran conector en una
época de fragmentación", sostienen desde WSGN.
¿Cuáles son entonces los perfiles de consumidores que se destilan de estos sentimientos?
● Los reguladores: después de años de incertidumbre y cambios sísmicos, este grupo confía
en la consistencia como mecanismo de supervivencia. "Buscan reencontrar el control que
nos quitaron los últimos años. Fans del "clic and collect", no quieren buscar, quieren evitar la
fricción al comprar, quieren escanear un QR y listo".
● Los conectores: están decididos a reescribir las reglas del espíritu empresarial y la vida
fraccionada. "Les preocupa el contexto y quieren cambiarlo. Antes estar ocupado era símbolo
de ser exitoso, ahora quieren tiempo para el bienestar y la salud mental. El 24% renunció
a su trabajo", explica Buzasi y agrega: "Las marcas que quieran acercarse deben tener la
reventa como servicio, que el consumidor pueda volver al negocio y cambiar lo comprado.
La sustentabilidad es importante para ellos, las etiquetas deben dar información de cómo se
hizo y por qué. Van detrás de nuevos modelos de propiedad".
● Los hacedores de recuerdos: fueron movilizados por la nostalgia durante la pandemia.
Replanteos existenciales, comidas de la niñez. Quieren envejecer bien para generar nuevos
recuerdos. Una vida saludable, no antiage. "Para satisfacer a este grupo hubo hoteles que,
por ejemplo, incorporaron prácticas de wellness".
● Los nuevos sensorialistas: son los consumidores híbridos por excelencia. Quieren lo mejor
de ambos mundos: billeteras digitales para compras físicas y momentos de realidad virtual
que puedan sentir en la vida real. Quieren recompensas virtuales y experiencias reales. Están
ávidos por "sentir" el metaverso.
Para cerrar, Buzasi resaltó algunos puntos de acción. El comercio comunitario llegó para
quedarse. La gente está limpiando de su vida lo que no le sirve, por eso las marcas deben
incluir el "cuidado por el otro" en su oferta. El metaverso no es para todas las marcas pero es
clave entrar, escuchar y explorar. La recuperación es una maratón, no una carrera.