Por Pablo Corso
Marcelo Gantman encontró el leitmotiv de su nuevo libro, El final del deporte como
lo conocimos, hace cinco años, a partir de una escena futbolera junto a su hijo
adolescente. Seguían un partido desde el living cuando el relato de Miguel Simón
advirtió: "Soltá el celular que ataca Mo Salah...". Como el periodista tenía los ojos
fijos en la tele mientras su acompañante había estado, efectivamente, pegado el
teléfono, no resistió la tentación de indagar:
-¿Por qué no mirás el partido?
-Lo voy a mirar cuando pase algo interesante.
"Las nuevas generaciones de fanáticos tienen un vínculo digital con el fútbol",
apunta el autor. Se conectan y desconectan de los hechos; siguen formando parte
pero de otro modo, en un paisaje de audiencias fragmentadas y una explosión de
intereses.
En esos universos múltiples (en ese metaverso), los creadores de contenido marcan
un diferencial. Hoy "los deportistas van directo a las audiencias y tienen en los
streamers un nuevo espacio para contar sus historias con una intermediación
amable y sin tener que subir la guardia", advierte Gantman. Y en su segundo mundial,
los influencers se consolidan como un gran activo para las marcas "porque dan la
solución llave en mano: una comunidad en sus redes sociales y plataformas que se
cuentan por millones".
Si ellos son el texto, el contexto es volcánico. TikTok alcanzó los mil millones de
usuarios en 2021; le tomó la mitad del tiempo que a sus rivales. "Lo que Facebook
hizo con los medios tradicionales y Netflix con la televisión por cable, TikTok lo está
haciendo con Facebook y Netflix", dice Scott Galloway. Para el experto en marketing,
el híbrido de redes sociales y broadcasting autogestionado se convirtió en un "arma
de distracción masiva" con un ejército de producción cada vez más grande y la vara
cada vez más alta.
El fútbol argentino tiene una gran oportunidad de crecimiento, pero deberá
aggiornarse. TikTok requiere de una creatividad intrínseca y emana diversión,
recuerda Gantman, mientras que nuestro deporte preferido suele estar cruzado
por la furia, una sensación que marida mucho mejor con Twitter. ¿Estará nuestro
deporte insignia a la altura de los nuevos tiempos?
Anuncian en la edición #147