Por Horacio Marmurek Periodista de cultura y espectáculos
Si el final de 2022 fue un largo “Elijo creer”, 2023 empieza de la misma manera. Basándonos
en el éxito de la Selección de fútbol, nos remontamos a 1986 para recordar que aquel año la
Argentina ganó el Oscar a Mejor película extranjera y tres meses después fuimos campeones
del mundo.
El camino inverso podría darse con el film Argentina 1985 si en marzo compitiera en esa
misma categoría en esta entrega (“Anulo mufa”, dijo su productor Axel Kuschevatzky). Y
mientras esperamos que ese momento suceda es hora de mirar un poco qué nos entregará
el año que empieza tanto en materia de contenidos como en el manejo de plataformas y
productoras.
Arranquemos por el cine. En nuestro país, desde hace un lustro por lo menos, algunos estrenos
fuertes o que pueden convocar a la familia se proyectan en enero. Es el caso de Las fiestas, una
comedia dramática que protagonizan Dolores Fonzi, Cecilia Roth y Daniel Hendler sobre la
relación entre una madre conflictiva y controladora con sus hijos después de una internación
y la posibilidad de pasar juntos Navidad y Año Nuevo. También es el turno de El método
Tangalanga, donde Martín Piroyansky interpreta el origen del bromista telefónico.
Recién en marzo vuelven a aparecer estrenos argentinos con fecha más o menos firme de
estreno. Asfixiados unirá a Leonardo Sbaraglia con Julieta Díaz y Natalia Oreiro para contar la historia
de Nacho y Lucía, un matrimonio que decide festejar los veinte años de casados pero también
busca recuperar el deseo que la rutina se llevó. Inician la aventura con un grupo de amigos
pero, en un giro, quedan solos y a la deriva en el mar.
Y así como el trabajo de Santiago Mitre con la película sobre el Juicio a las Juntas estaba en el
radar de varios, algo parecido pasara con La extorsión, donde Guillermo Francella es Alejandro
es un experimentado piloto aeronáutico. Amante de su profesión, esconde un secreto:
una condición médica que implicaría su retiro inmediato. Los Servicios de Inteligencia lo
descubren y muy pronto lo extorsionarán exigiéndole que transporte unas misteriosas valijas
en la ruta Buenos Aires-Madrid sin hacer preguntas. Alerta por el enigmático cargamento
que lleva, Alejandro se sumergirá en un universo de intriga y corrupción que lo pondrá en
peligro a él y a los que ama mientras intenta escapar con vida a cualquier precio. Un thriller
que concentrará tanta atención como la segunda temporada de El encargado que también
protagoniza Francella y está terminando su posproducción para ser estrenada en Star+. Sin
duda uno de los hinchas de Racing más conocidos del país tendrá un año muy productivo,
porque también se viene la versión teatral de Casados con hijos.
Mientras tanto, entre los estrenos internacionales se mezclarán blockbusters de nuevas
entregas de franquicias y desarrollos de alguna nueva propiedad adaptada (videojuego o libro)
con películas que compiten por premios en el primer trimestre. Un repaso rápido incluye una
nueva entrega del Gato con botas (muy divertida) de Dreamworks, con el personaje que supo
estar en Shrek y la voz de Antonio Banderas; Babylon, con Brad Pitt y gran elenco, en una
historia sobre el cine del Hollywood clásico cuando llega el formato sonoro; Los Fabelman, la
autobiografía de Steven Spielberg, una vez más ninguneado por la distribución internacional;
Tár, con Cate Blanchett interpretando a la mundialmente famosa Lydia Tár que está a solo
unos días de grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. La
notablemente brillante y encantadora hija adoptiva de Tár, Petra, de seis años, tiene un papel
clave en la tarea. Y cuando los elementos parecen conspirar contra Lydia, la joven es un apoyo
emocional importante para su madre en apuros.
Y después llega una seguidilla de películas muy convocantes con un numero detrás: Creed 3,
John Wyck 4, Scream 6, Guardianes de la Galaxia 3, Ant-Man 3, Rápidos y Furiosos 10, Indiana
Jones 5, Dune 2, una precuela de Los juegos del hambre, una adaptación de Barbie con Margot
Robbie, otra del juego Mario Bros, y de Calabozos y Dragones. Hay espacio para Disney y
Pixar con varios estrenos y alguna búsqueda perdida que, esperemos, sorprenda. La industria
cinematográfica está intentando por todos los medios que el público vuelva a las salas, y con
sus tents poles apuesta a eso.
No pasa algo muy distinto con las plataformas de streaming: apuestan sobre seguro con
nuevas temporadas de productos probados y alguno que tiene su origen en otro medio.
Llegarán nuevas temporadas de productos Star Wars: Bad Batch y The Mandalorian. También
de productos Marvel: Secret Invasion, Loki, Echo y What If? En Netflix habrá espacio para
Vikingos, Bridgerton, You, The Witcher, Shadow and Bone.
En HBO Max, se destacan Succession, Harley Queen y el estreno fuerte de principios de año, la
adaptación del juego The Last of Us, una de zombies con una vuelta que lo hace apto para no
consumidores del género. Amazon Prime tendrá la última temporada de The Marvelous Ms
Maisel, y la muy esperada segunda temporada de Hunters, con Al Pacino.
Paramount + cerró el año con el estreno en la región de Tulsa King, con Sylvester Stallone,
con la promesa de una nueva versión de Teen Wolf y con el anticipo de series sobre Atracción
fatal, Grease y Flashdance, éxitos del estudio que desarrolla en este formato que parece ser
omnipresente en las cabezas de los productores.
Y si bien esos son los estrenos sobresalientes desde el exterior, la Argentina tiene pendientes
algunas producciones importantes. A la ya mencionada segunda temporada de El encargado
se suma, de Cohn y Duprat, El gourmet, la producción que trajo al país a Robert De Niro;
también espera fecha de salida en Netflix, El Reino 2, de Piñeyro y Piñeiro, y la biografía sobre
la vida de Fito Páez, que quizás coincida con su presentación en Vélez para los treinta años
de El amor después del amor.
Quedó boyando por ahí Diciembre 2001, la serie de docuficción de Star + dirigida por Benjamín
Ávila sobre los hechos del 19 y 20 de diciembre de aquel año. Y, claro, todos esperamos las
series sobre la obtención de la Copa Mundial por parte de Lionel Messi y sus compañeros
que saldrán en Amazon Prime y Netflix.
El año que comienza será, además, desafiante para las estrategias de cada OTT. El primero
―por escala, por ser quien más lejos llegó y, como consecuencia, por ser quien entró en
crisis antes― es Netflix. Según informó Digiday, Netflix no está cumpliendo las expectativas
de audiencia de algunos anunciantes y está permitiendo que algunas empresas retiren los
pagos por anuncios que aún no se han emitido. Esto ocurre menos de dos meses después de
que el servicio de streaming lanzara una capa más barata, con publicidad, para combatir la
pérdida de abonados. Si bien esa opción no está aún en el país, las pruebas piloto en distintos
países arrojan resultados poco alentadores. En algunos casos, solo se alcanzó el 80% de la
audiencia esperada, dijeron cinco ejecutivos anónimos de agencias, aunque las cifras varían
según los clientes.
Netflix acordó con sus anunciantes iniciales un acuerdo de “pago por entrega”, según el cual
los clientes solo pagarían por las visualizaciones que realmente recibieran sus anuncios, y
Netflix les devolvería el dinero sobrante gastado al final de cada trimestre; a diferencia del
modelo seguido por la televisión tradicional, en el que las cadenas se quedan con los pagos y
deben a los anunciantes las visualizaciones futuras.
Pero la empresa pionera en OTT es rápida para revisar sus decisiones y bajó sus precios, con
lo cual varios anunciantes han decidido dejar el dinero para ver cómo avanza el modelo en el
primer trimestre de 2023.
Sobre la compañía del ratón Mickey, el modelo de Disney+ Premium no contiene anuncios
y, como hasta ahora, permite ver el contenido en streaming desde diferentes dispositivos
(móviles, televisores, tabletas, etc.) en hasta cuatro pantallas al mismo tiempo. Pero frente a
la posibilidad de perder suscriptores por la inflación y el aumento de los costos, también han
lanzado un plan con publicidad.
Según ha subrayado Disney+, los anunciantes que soportan el nuevo plan son “marcas de
primer nivel” y provienen de todas las principales agencias holding: Dentsu, Havas, Horizon,
IPG, Omnicom Group, Publicis, RPA, Stagwell y WPP, entre otras. En este sentido, persigue
el objetivo de representar más de una docena de categorías con la participación de más de
cien anunciantes, como ventas minoristas, indumentaria, automóviles, servicios financieros,
restaurantes, tecnología, telecomunicaciones, CPG y viajes. “Con estas nuevas ofertas
respaldadas por anuncios podemos ofrecer una mayor flexibilidad para que los consumidores
disfruten de toda la amplitud y profundidad de la increíble narración de The Walt Disney
Company”, ha valorado el presidente de Direct to Consumer, Michael Paull.
Pero la tensión interna de la empresa está muy a la vista. Antes que termine 2022 fue
desplazado el CEO, Bob Chapek. ¿Por quién? Por quien le había dado el lugar: Bob Iger. En
su primera reunión pública desde que retomó el poder, Iger dio los primeros pasos para
reconfigurar el gigante de los medios según su visión y prometió concentrarse en mejorar
los resultados de la empresa y abordar varios pasos en falso percibidos por su predecesor
Chapek.
El jefe de Disney asumió una vez más el cargo de director ejecutivo después de la destitución de
Chapek, y les dijo a los empleados que la compañía mantendrá congeladas sus contrataciones
mientras busca controlar los costos. Iger también promocionó un giro notable en el enfoque
de crecimiento de la compañía para sus servicios de Disney+, ESPN+ y Hulu, y dijo que pone
por delante la rentabilidad en lugar del número de suscriptores entre las plataformas, algo
notable considerando que Disney informó una pérdida de 1.5 millones de suscriptores en su
unidad de transmisión el último trimestre.
Los rumores de una fusión con Apple fueron desmentidos, pero es paradójico que seis meses
atrás se hablara la posibilidad de que Disney comprara Netflix.
Queda por delante el panorama de HBO Max, o Discovery Max, como fue rebautizado el
sistema, pero ya es bastante información solo para el comienzo del año. Alcanza con decir que
la empresa otrora más prestigiosa del mercado está saldando contenidos, cerrando unidades
de producción y alterando el curso de buena parte de sus productos mientras intenta definir
un rumbo.
2023 se viene movido, habrá que hamacarse con pochoclo en la mano.