Santiago Sanguinetti "Frente al nivel de estrés que sufren las áreas de marketing, tenemos que ser un alivio"
Por Majo Acosta
Desde BBVA Creative, y después de liderar la marca durante varios
años desde la Argentina, Santiago coordina y contiene a las áreas
de comunicación y marketing de los distintos mercados de la
región latinoamericana. Una posición nueva que "cuida" la marca
y la estrategia y además funciona como puente entre los CMOs y
las agencias. Conversamos con él sobre los desafíos que enfrenta
desde su rol en un mercado inestable e hipercompetitivo.
¿Cómo es el esquema de trabajo de BBVA Creative?
Es un esquema híbrido. Cuando se definió el modelo de agencias creativas, se decidió darles
libertad a todos los países para que eligieran el talento que consideraban más adecuado en
cada país para la marca. Generalmente cuando contratás una red no tenés el mismo nivel
de prestación en cada país y eso generaba quejas recurrentes. Hizo falta entonces que haya
alguna función de coordinación. En ese momento estaba desempeñándose muy bien un
equipo de trabajo que había empezado en Content en BBVA y después fue evolucionando
a BBVA Creative que llevó adelante, por ejemplo, el cambio de marca muy exitosamente.
Entonces se pensó que podía liderar esta coordinación entre agencias. Para mí fue una
buena oportunidad de asumir una posición más regional o global. Me parecía interesante,
me divertía y me concentraba en lo que más me gusta: la parte creativa y la estrategia de
marca. Esto me permitió salir un poco del día a día y poder trasmitir mi experiencia en esta
etapa de mi carrera.
Pero no te tocaron años fáciles en esta transición. Una pandemia en el medio, el mercado
se puso hipercompetitivo. ¿Qué es lo más interesante y lo más complejo de tu rol?
Yo lo viví completamente al revés, porque tengo la fantasía de que la pandemia vino para
darme una mano. Empecé a trabajar en BBVA Creative el 20 de marzo de 2020. Fue justo
cuando se declaró la cuarentena. De alguna manera me hizo infinitamente más fácil poder
participar y coordinar todos los países porque era uno más en el equipo de trabajo a través
de Zoom. Pero fue una época especial y hubo que tener mucha paciencia. Se generó un ida y
vuelta de una manera que yo creo que en otro momento no hubiera sido posible. Creo que
coincidió también la evolución de la tecnología. Entonces ahí se juntaron las dos cosas y
finalmente salió algo muy positivo por el lado de la relación y de la comunicación.
Por tu tarea estás en contacto con varios mercados, eso te obligó a aprender y conectarte
con otras idiosincrasias. ¿Cómo lo llevás?
Sí, esa es la parte interesante, conectar con gente de diferentes culturas. Nuestra función
es asegurar la homogeneidad y también buscar un equilibrio entre la alineación global y la
relevancia local. Era algo que por mi rol de CMO dentro de este grupo tenía como un poco
más fresco.
En cuanto a la relación entre los países, esas áreas de marketing locales y holdings, tenés
que construir un puente y un puente que se construye viendo las dos partes, ¿no? Si en algún
momento hubo experiencias fallidas es porque se estaba mirando desde un solo lado en
vez de mirar los dos. Mi desafío más grande es tratar de conectar lo más profundamente
posible con los países a nivel relacional. Ir ganando confianza, obviamente a través de una
relación por un lado de respeto y, por otro, de agregar valor. Hoy las áreas de marketing
están muy estresadas. Y en general pasa porque tienen muchas presiones, esto de construir
una marca fuerte, el famoso brand power. Hacer crecer las ventas digitales. Sostener NPS.
Perfeccionar la experiencia del usuario. Prestar atención a las necesidades de los negocios.
Estar pendientes de las iniciativas de la competencia y neutralizarlas... Tenés una cantidad
muy grande de cosas. Y nosotros frente a ese contexto, a ese nivel de estrés que sufren las
áreas de marketing, tenemos que ser un alivio. Hay descomprimir, no lo contrario. Tenés que
asesorar y transmitir tu experiencia. Nuestra función los va ayudando y les agrega valor.
Hay mucha competencia nueva en el mundo fintech. ¿Cómo está la marca hoy en la
Argentina y cómo está en el resto de la región?
En cada país es distinto de acuerdo con las características locales. Pero en los países
emblemáticos como España y México es número 1. Y después en los demás mercados ya
estamos entre los dos o tres primeros según nuestro tracking de marca, que es el de brand
power de Kantar. Pero más allá de la posición en el ranking, tratamos que haya una tendencia
positiva. Es una marca bastante sana pero no te podés dormir nunca.
La Argentina es un caso muy, muy especial y nosotros siempre nos arreglamos para estar
en buena posición a pesar de que nunca tuvimos el presupuesto que entendíamos que nos
merecíamos (risas). Es un mercado que nos dio muchas satisfacciones. Tenés que pensar en
estar invirtiendo permanentemente, innovando y viendo la mejor manera de conectar. Yo
creo que la fórmula siempre es destacar, conectar y generar cierta memorabilidad.
Y el tono BBVA...
Creo que ese tono que fuimos construyendo siempre de pequeños guiños cómplices,
inteligentes, siguen teniendo resultado y la gente lo percibe. Y cuando son mercados donde
hay crisis tan permanentes, los mensajes con algún tono de humor, no digo carcajadas pero
sí de sonrisa, creo que la gente los agradece porque descomprime.
Totalmente. ¿Notás que es un cliente que ha cambiado en los últimos años o
pospandemia? Los argentinos somos un poco expertos en hacer rendir el dinero.
Somos exigentes.
Sí. Eso ni hablar. En la Argentina somos los expertos en descuentos y la gente hace
malabarismos de todo tipo. Cosas hasta impensadas para encontrarle la vuelta, sumar dos o
tres beneficios. Es un mercado en el que uno se siente mal si paga full prize. Entonces siempre
se busca la forma. Pero más allá de eso yo creo que sí hay algo que es más trasversal a todo el
mundo que es lo limitado de la capacidad de atención. Desde que nos levantamos hasta que
nos acostamos estamos expuestos a más de diez mil exposiciones de mensajes de marcas.
Entonces es imposible destacar, es muy difícil que la gente te preste verdadera atención. Los
mensajes tienen que ser cada vez más cortos, de mayor impacto.
Parece que el año se termina en octubre pero queda mucho más. ¿Cómo ves el contexto?
¿Cómo es el plan para lo que queda del año y 2024?
Una de las ventajas de mi cambio de posición fue salir un poquito de la coyuntura. Pero la
realidad es que ves muchos países que se estresan mucho con la inflación, y lo cierto es
que en la Argentina ya desarrollamos todos los mecanismos. Tenemos las paritarias, las
cláusulas gatillo. Lo importante es estar lo más cerca posible de la gente. Nosotros tenemos
a través de las tarjetas la posibilidad de generar acciones permanentemente con descuentos,
financiación. Es como la válvula de escape. Va un poco por ese lado. Igualmente creo que hay
que tener mucho cuidado porque en las situaciones de crisis pareciera que el único atributo
pasa a ser el precio, ¿no? Entonces en todas las industrias los mensajes son descuentos, 2x1,
la cuota, la tasa. Y el riesgo, el peligro es acercarte a ser una marca de precios.
Descuidás el branding, te volvés tan táctico. ¿Dónde queda la estrategia?
No está mal obviamente en momentos como estos sacar ese tipo de iniciativas pero siempre
tenés que hacerlo dentro de un paraguas que no deje de construir. Algo menos supermercadista
y más de contención, ¿no? Más de vínculo emocional. Si no te reemplazan por un comparador
y chau, comparás un precio más bajo y listo.
Innovación es un factor clave del último tiempo. ¿Qué hitos reconocés o qué lugar
ocupa en tu agenda?
BBVA en su momento lo tomó como una bandera. Estaban todos los desarrollos digitales y fue
elegido durante tres o cuatro años seguidos la mejor app de homebanking del mundo. Las apps
de todos los países fueron desprendimientos de esa iniciativa. Y después se convirtió en un
lugar común. Hoy todo el mundo te abre el teléfono con el Face ID. Hoy estamos comunicando
el Modo Discreto <ver video> pero lo hacemos
desde un lado totalmente distinto. Estamos comunicando la innovación pero dejando un
sedimento de marca muy relevante que es mucho más que el feature, ¿no? Hay una cierta
complicidad, una cierta inteligencia detrás de cómo comunica la marca.
¿Preocupa la competencia o te mantiene activo?
Totalmente activo. No podés bajar los brazos. La competencia es muy activa. En su momento
BBVA fue muy competitivo con Santander. Es como un juego en el que vos vas midiendo
todo lo que hacés y viendo cómo está yendo la competencia, qué espacios libres hay y dónde
podés reforzar. Es casi como un entretenimiento. El Galicia ha hecho su cambio después de
muchos años de su plataforma creativa y eso es interesante. Creo que ha dado un buen paso
y eso a todos nos pone en alerta también.
Después hay jugadores nuevos con los que hay que estar atentos y que me parece que están
haciendo las cosas bien, ¿no? Por ahora todo lo que es fintechs está yendo a un mercado
que no compite tan directamente con nosotros porque van a un segmento que los bancos
tradicionales estábamos dejando libre. Obviamente con una muy buena experiencia del
usuario, que son las cosas que tenemos que aprender. Y en algunos casos con bastante frescura
desde la comunicación. Entonces yo creo que siempre es sana esta competencia, te ayuda a
estar atento, a tratar de estar tonificado muscularmente. También trabajan dentro de un
esquema regulatorio un poco más flexible que el día de mañana puede ser más rígido. Creo
que era necesaria esta irrupción y hace que estemos más preparados para desarrollar mejores
prestaciones, agregar valor, trabajar mejor la comunicación. Estar mucho más atentos desde
todo punto de vista.
Se está dando como un doble efecto: por un lado, las marcas más tradicionales están
siendo seducidas por este tema de las plataformas y tratando de explotar ese camino que
han recorrido muchas startups muy exitosamente; y por otro lado, muchas marcas nativas
digitales están empezando a usar medios tradicionales. Cuando vos nacés como marca digital
generalmente venís a cubrir una demanda insatisfecha, entonces de entrada con solo hacerte
conocer medianamente en el mercado enseguida tenés un crecimiento rápido que llegado el
momento se empieza a agotar o a estancar, y para seguir creciendo necesitás empezar a ir más
a medios en los que no estabas. Son dos caras de la misma moneda, ¿no? Con las acciones más
de performance satisfacés demanda insatisfecha, demanda actual, y con las estrategias más
de branding construís demanda futura. Son dos cosas que tienen que ir trabajando juntas.
Frente a tantos mensajes las marcas tienen un desafío. Hoy es muy importante que cada una
defina cuál es su rol para la sociedad, para su core target, y representar eso de la manera más
sostenida posible en todos los touch points.