Ariana Stolarz "Para que el mundo gire, el mundo de los negocios tiene que girar también"
Ariana es Chief Strategy Officer Global de Accenture Song, es argentina
y hace más de veinte años desarrolla su carrera global fuera del país.
Este año lideró el jurado de Creative Business Transformation en
Cannes, competencia inaugurada en 2021 para celebrar los casos que
demuestren una verdadera transformación exitosa. En tiempos de
propósito, Ariana reivindica el poder de los negocios para cambiar el
mundo.
Ya habías sido jurado en Cannes, pero esta vez te tocó ser presidente de jurado de una
categoría que todavía estamos tratando de entender. Contame tu experiencia.
Sobre la presidencia, es una experiencia diferente. Ser jurado, de alguna manera, te mantiene
en el anonimato: vos ponés tu voto sin que nadie sepa; pero la presidencia hace que esté tu
firma y que con ella estés avalando una decisión que es una decisión colectiva, entonces es una
responsabilidad muy grande. Sobre todo en esta categoría en particular, Creative Business
Transformation, en la tenés que comprobar que existe una transformación. Transformación
implica que hay un antes y un después, y que ese después fue sustancialmente mejor; mejor
no solamente para el negocio, sino también para la comunidad en la que el negocio opera,
para el medio ambiente, en un montón de factores.
Y hablar de mejor para el negocio no es un tema menor. Hay una tendencia muy grande, hace
años, de premiar casos en donde el propósito está en el centro del caso y eso es fantástico.
Pero en este caso en particular fue un poco controversial porque al ver las inscripciones la
gente votaba con el corazón en vez de votar con la definición de lo que de la categoría es en
sí; y a veces se olvidaba que la categoría premia la transformación: demostrar que se pudo
transformar un negocio para mejor.
¿Qué criterios se usaron?
Trabajamos la categoría en base a tres filtros. La primera es esa transformación. En encontrar
un antes y un después, con un después mejor y que se puede sostener a través del tiempo, que
puede escalar. Esa escala tiene que ser posible no solamente en tu propia industria, sino que
la solución se pueda aplicar a otra. Que esa transformación haya impactado en el negocio, no
solamente en el medio ambiente, las comunidades, la gente en sí, entendiendo que eso está
bien. De repente hay una especie de estigma sobre hacer crecer un negocio, y nos lo tenemos
que sacar porque de eso se trata nuestro trabajo. Muchos casos no fueron inscriptos de esa
manera y fue difícil entender los resultados. Una transformación real requiere de tiempo, de
data, de ciertos indicadores que no necesariamente fueron tan claros a la hora de presentar
los casos. El tercer filtro fue la creatividad porque la transformación de los negocios es un
imperativo hoy, y un caso puede ser llevar tu negocio al e-commerce, ok, pero ¿esa fue la
idea? Es un festival de creatividad y estamos premiando la creatividad. Entonces ¿cuál fue la
idea creativa que logró que esa transformación sea significativa?
Con otros jurados hablamos de la importancia de contar con un jurado del país de
donde es el caso ayuda mucho para explicar contextos o para profundizar temáticas,
¿coincidís?
Es fundamental la diversidad en los jurados, y en el festival los tratan de hacer cada vez más
representativos: de países, de género, de edades, de industrias, de disciplinas. Hay creativos.
Hay estrategas. Hay gente de lado del cliente; o sea, es importante porque si no, siempre falta
el contexto. El único problema con eso también es que se genera un sesgo. La gente agrega
contexto, que es fundamental, pero a la vez demasiada emoción. Eso nos pasó con un jurado
de África, por ejemplo, y el problema de la malaria y los mosquitos, que estaba planteado de
una manera muy sentimental. Es cierto que es un tema que hay que combatir, pero quizás
hay otra categoría para ese caso y no se trata de Business Transformation. Entonces, es un
arma de doble filo.
El Grand Prix para Philip, que plantea el tema de la economía circular, de alguna
manera tildaba todos los criterios para ganar, ¿es así?
Uno a veces se confunde, y la economía circular realmente se discute como una tendencia de
sustentabilidad cuando en realidad es una tendencia de negocios. Es algo inteligente para el
negocio que tiene, además, un efecto positivo de sustentabilidad, así hay que pensarlo.
El Grand Prix para Philips (que puso a la venta sus productos reacondicionados con mucho
éxito) creo una solución que generó un resultado positivo en el negocio y además ese resultado
fue positivo y sostenible. Una de las razones por las que ganó es que tildó todos los criterios
al mismo tiempo. Un muy buen caso termina resultando positivo en muchos niveles. Positivo
para el negocio, para la sociedad, para el medio ambiente..., pero empieza siendo positivo
para el negocio y eso es lo que tratamos de premiar.
En relación a eso, el Grand Prix de Titanium para Doordash, por ejemplo, se definió
como "Unapologetically commercial": comercial sin culpas.
Totalmente. En mi recorrido estuve siempre muy ligada al tema sustentabilidad. Estuve dos
años en el jurado de SDG; en el inaugural y en el que le siguió y así y todo te digo: nos estamos
confundiendo. Una cosa no quita la otra. Para que el mundo gire, el mundo de los negocios
tiene que girar también, y no nos podemos olvidar de eso. Si el mundo de los negocios gira,
la economía gira, la gente tiene trabajo. Nos estamos olvidando de otras cosas que vienen
aparejadas. Por supuesto que la solución de negocios y la transformación tienen que ser
responsable. Hacer crecer un negocio no puede darse a expensas del medio ambiente, de
la sociedad, al contrario, y por eso es que todos los casos que premiamos, incluso el oro
para Renault "Cars to work", todos tienen efectos positivos, pero todos tienen en el centro la
intención de hacer crecer al negocio. Eso para el jurado era no negociable.
¿Tendencias, aprendizajes, consejos para quien se quiera inscribir en esta categoría
el año próximo?
Voy a empezar con el aprendizaje: establecer de entrada el objetivo de negocio al que estaban
apuntando y poder demostrar claramente el impacto y los resultados. Muy pocos casos lo
lograron; de hecho, el Grand Prix es uno de los pocos que logró demostrarlo: "Nos devolvieron
52 mil afeitadoras y revendimos 52 mil afeitadoras".
Una recomendación grande que queremos dar a todas las marcas que van a participar de acá
en adelante es mostrar muy claramente qué es lo que querían lograr con la transformación
y cómo lo lograron.
En relación a las tendencias, hay distintas. Yo siempre me quiero enfocar en una porque
me parece que es momento de romper esta confusión. La transformación del negocio hace
unos años empezó como una transformación digital. Pero hoy en día hay una confusión muy
grande: se usan innovación y tecnología como sinónimos, y no lo son. En todos los casos que
ganaron, la tecnología fue el soporte para amplificar o para ir al mercado, pero no fue central
en la innovación. Por ejemplo: reconstruir y revender el producto o utilizar las piezas para
generar un nuevo producto; o, en el caso de Renault, la innovación estuvo en el modelo de
relacionamiento con la gente y el modelo de operación para ir al mercado. La tecnología se
utilizó para amplificar. Me parece fundamental no confundir tecnología con innovación.
Quiero aprovechar el cierre de la nota para preguntarte sobre tu recorrido y tu llegada
a Accenture Song. ¿Qué es lo más interesante de tu rol?
Me fui de la Argentina hace casi veinticinco años y la verdad es que hice una carrera bárbara
siempre afuera y, por alguna razón, nunca jamás volví a conectar a nivel local. Hace diez años
tengo roles globales, estuve en McCann, conocí a David Droga cuando compartimos un jurado
de SDG en Cannes. Él era presidente y yo ya estaba muy metida en empujar los objetivos de
desarrollo sustentable y acercar a las marcas para que formen parte de eso. En ese jurado
tuvimos un clic muy bueno y un día me dijo: "Vos y yo vamos a trabajar juntos". Pasaron los
años, llegó Accenture junto a Droga5, me llaman con una oferta y acepté. La verdad es que el
rol es espectacular.
Había muchas dudas de lo que iba a pasar con ese maridaje, Accenture y Droga.
Cuando vos le preguntás a David él te dice: yo tenía ideas espectaculares, pero no las podíamos
escalar. Hoy esas ideas las podemos llevar al mundo. Y es verdad. Tener el respaldo de
Accenture es una locura. Somos 730 mil personas. Eso hace posible que encuentres a quien
sea para lo que sea. A la gente como nosotros, que tenemos ideas, nos permite que esas ideas
se vuelvan una realidad: implementarlas, testearlas, simplificarlas, llevarlas al mercado. Es
realmente muy motivante. Trabajar con David es un lujo. Yo vengo todos los días a la oficina
y su oficina está a diez metros. Es muy inspirador y, a la vez, es un lujo poder inspirar su
trabajo creativo.
David tiene la capacidad de transformar las cosas complejas en cosas muy simples y muy
interesantes, entonces conocer su manera de ver el mundo, de traducir lo que le estás diciendo
de una forma sencilla e interesante, es realmente hipnótico. Quizás te cambia una coma y te
cambia la idea, y salís siempre como energizado