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Nueva crónica de las streaming wars


Nueva crónica de las streaming wars

Por Horacio Marmurek
Periodista de cultura y espectáculos


Algún día se deberá escribir qué relación existe entre quienes tienen extensas cuentas bancarias y el apetito por escapar de la fuerza de gravedad. Howard Hughes fue un excéntrico millonario que hizo cine, se consiguió un estudio (RKO) y voló aviones, dicen desde los 14 años.
Richard Branson es un multimillonario que empezó con la música y en sus distintas diversificaciones terminó fundando una o varias líneas aéreas y más recientemente explora los viajes espaciales.
Jeff Bezos, el amo total de Amazon, empezó con los libros en internet; su diversificación lo llevó a comprar el estudio del león MGM para su Amazon Prime Video, además de iniciar su propia carrera espacial.
Y por supuesto, está Elon Musk, más conocido como Elon, el sudafricano rebelde que empezó con una cruza de páginas amarillas e internet para terminar cambiando la manera en la cual nos relacionamos entre nosotros cuando adquirió X (antes Twitter), sin antes cambiar el modelo de inversión en viajes por fuera de la atmósfera con Space X. De esta selecta lista, es de los pocos que no invirtió en la industria audiovisual.
Nueva crónica de las streaming wars
A este reducido grupo de hombres de negocios obsesionados por la adrenalina, la competencia y la gravedad se le suma David Ellison, de 41 años, quien se ha quedado con el control de Paramount Global. La empresa que en Argentina controla Telefe, pero que en el mundo es MTV, Comedy Central, Nickelodeon, además de grandes marcas de propiedad intelectual como Bob Esponja, Star Trek, el catálogo de películas del estudio y la CBS, una de las cadenas de televisión abierta y afiliados más grande del mundo.
Como Hughes, Ellison dice pilotear aviones desde muy joven, a los 13 años. El hijo del multimillonario fundador de Oracle, Larry Ellison, cuenta con los atributos más raros para un magnate de los medios de comunicación en ciernes: un pedigrí de Silicon Valley.
La historia de Ellison padre es digna de una película, pero no necesariamente debería ser producida por Paramount. David comenzó escribiendo código informático para la compañía de software de su padre y obteniendo información sobre el negocio del cine del cofundador de Pixar Animation Studios, Steve Jobs. Skydance, la empresa que orquestó la fusión, se fundó en el año 2006 y en el 2009 firmó un contrato de cinco años con Paramount para desarrollar distintos títulos. Varias Misión Imposible, World War Z, Star Trek, Terminator, G.I. Joe fueron algunos de los films que produjo y con los cuales cosechó buenas y mejores taquillas para expandirse y apostar a la diversificación conforme fue avanzando el streaming.
Skydance Television ha producido y produce para los servicios de Netflix, Amazon y Apple sin problemas y, en muchos casos, contenido muy diverso en tono. Grace and Frankie no tiene nada que ver con Jack Reacher; Carbono Alterado está muy lejos de Fundación.
Ellison tiene una visión que mira la aparición de la Inteligencia Artificial como una herramienta más en el desarrollo de las plataformas y consiguió quedarse con una Paramount+ que tiene un buen catálogo, contenidos interesantes, pero no consiguió o no pudo sostener los costos que se requieren para enfrentar un mercado que cambió apenas fue lanzada. Porque mientras la llegada de Ellison es lo más interesante que ocurrió en la industria en el último trimestre, el panorama es otro.
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Hasta la llegada de "Intensamente 2" a los cines, había más fracasos de público que éxitos. Si la caída del 52 % de asistencia al cine en la Argentina se podía explicar por la situación económica que tenemos, más difícil es hacerlo en los EEUU o en Europa.
Al fenómeno global de la secuela de la película de las emociones le siguió el estreno de "Mi villano favorito 4", que no estará a la altura de las expectativas pero aprovecha la inercia que genera el movimiento. "Veamos otra película" o "no encuentro entradas para la película que quiero ver y me conformo con esta". No está muy claro si el horizonte de las películas que se estrenen en el cine saldrá de la norma de las secuelas, precuelas o spin-offs; por delante está "Deadpool 3" o "Deadpool & Wolverine" según la campaña que se cruce por delante. "Un lugar en silencio 3" es una precuela y consiguió un buen resultado afuera pero no en nuestro país. "Tornados" es una secuela semi oficial de la película de Jan de Bont de 1996.
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El verano boreal apuesta a una nueva Alien que es más secuela de precuela (no es un chiste); "Maxxxine", una tercera parte de una interesante historia de terror que empezó como película independiente; "Beetlejuice Beetlejuice" de Tim Burton con Michael Keaton y Winona Ryder.
Mientras tanto, ya se anuncia que el año que viene tendremos un "Shrek 5" y un "Diablo se viste a la moda 2". La apuesta sobre lo conocido y la búsqueda de sostener a quienes iban al cine para que lo continúen haciendo.
Hay que recordar que estos meses son la consecuencia de la huelga de actores y guionistas que nos ocupó buena parte del año pasado y que además tuvo como actor principal el uso de la inteligencia artificial, que tanto le gusta al nuevo CEO de Paramount. Lo interesante es que, mientras actores y escritores consiguieron frenar el avance de las herramientas digitales, el foco de atención se corrió hacia los efectos especiales, diseñadores de arte, vestuaristas y otras ramas aún no contempladas por quienes integran las producciones audiovisuales. Esa batalla es aún más difícil, puesto que la tecnología, por ejemplo en la animación, es parte constitutiva de la actividad. Quizás dejemos de ver que tres cuartas partes de los títulos de cualquier película de acción o animación sean nombres de personas.
Mientras Ellison imagina su nueva Paramount, los contenidos vuelan de una pantalla a otra. Netflix recibe cosas de Discovery y de la mencionada anteriormente. Los originales de Max no son más de Max y se pueden apreciar en otros espacios. La era del original quedó reducida a los tanques de la casa y los estrenos en simultáneo se multiplican.
En nuestro país, Star+ no existe más como servicio separado, nunca se entendió demasiado por qué nacieron así, si para preservar a Disney del deporte o si para que los chicos no tuvieran problemas con los padres. Lo cierto es que esa estrategia desapareció y se consolida en Disney+ con una interfaz parecida y con la promesa de la incorporación del plan con publicidades.
Ese camino explorado en otras latitudes aún está pendiente en nuestra frontera. Para una economía en crisis, puede ser una alternativa ya que son varios usuarios los que han debido elegir con qué plataforma quedarse y con quiénes compartir los gastos de suscripción, prestándose las contraseñas. La billetera flaca puede ser un problema o una posibilidad para quienes sepan aprovecharla.
Flow firmó hace algunos meses un convenio con Universal+ para darle acceso a sus suscriptores por un año gratis a los contenidos, algunos más que interesantes, de esta plataforma de streaming propiedad de NBC y que consigue armar una base mejor que por suscripción directa.
Algo que también hace Paramount con Flow. Una estrategia que deberemos ver cómo se desarrolla a medida que la compra de Skydance avance en todo el mundo.
Argentina a veces parece estar muy lejos del mundo, pero cuando las olas se mueven, siempre estamos cerca

Anuncian en la edición #157