reportaje

Augusto Giménez Zapiola
"Nada me entusiasma más que contar un buen cuento"


Por: Marta González Muguruza

Hay comerciales que, por distintas razones, llegan a concentrar un espíritu de época y con esa ambición invitamos a Augusto a hacer su selección personal para revisar qué pasó, dónde estamos y hacia dónde vamos. argentinacine nació en 1999 y los primeros pasos de Augusto en la dirección incluyen, por ejemplo, la inolvidable campaña de "tapa a rosca" de Isenbeck. Cientos de comerciales y premios después, Augusto se sigue autopercibiendo como un productor que dirige. Los desafíos de filmar afuera, la confianza ciega en la calidad del equipo local, la pasión por formar talento y las ganas de desarrollar ficción son algunos de los temas que reflejan su recorrido personal y el del craft audiovisual de nuestro país.

El alma de productor no se pierde nunca, ¿no? Uno puede cambiar, ocupar otros roles, pero el de productor es parte de la esencia de uno me parece.
Yo soy un productor que dirige. O sea, no soy un director que produce. Porque mi esencia es esa. Entonces por eso armo una productora. Por eso convoco directores. Y si tengo directores mejores que yo, mil veces mejor. Así vino Fabián Bielinsky. Me gusta formar directores también y que la rompan. Empezar a prepararlos, hacerlos codirigir conmigo para que empiecen a tener reel y que estén en la cancha y que experimenten. Y así después arranca un Rafa López que le va bárbaro; un Martín Holtzman. Santi Mitre cuando vino a la productora tenía El estudiante nada más como director de cine. Mariano Llinás. Esa es mi parte de productor, cómo formo a un director para que tenga reel, para que lo compren y para que entienda el proceso, confiando en él, en su criterio.

Te propongo un ejercicio para iniciar nuestro recorrido: ¿qué pieza representa los 90 para vos?
Hay un montón pero si tengo que elegir una que marcó la de los 90 la que se me viene es la de Canal Trece, con "No me pidan que cabecee". La de Flavia Moraes y Ponce, de Young & Rubican en ese momento. "Mimitos" fue en su momento también tremenda, de Agulla y Baccetti. Pero me parece que yo me quedo con esa, con la del fútbol de Canal Trece.
Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Tapa a rosca", Isenbeck
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Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Vestuario", Canal 13. Dirección: Flavia Moraes
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Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Padres absorventes", Mimitos
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De repente el fútbol se empezó a vivir de otra manera a partir de ese momento, ¿no?
¡Sí! Un canal de televisión junto con Torneos entra a cambiar el lenguaje del fútbol, de las transmisiones. Hoy te transmiten todo. El guion que hicieron para contarlo y cómo fue realizado por Flavia; el contarlo desde ese lugar de jugadores narcisos preparándose para un partido de fútbol y que todo el mundo se acuerde el "no me pidan que cabecee", es una frase que quedó. Era una manera de contar distinta, con humor, con acting. Ya existía el humor, con Martín Lobo existía todo eso. Con Divito, ya estaba todo eso. Pero acá como que le dio una vueltita.

¿Y en los 2000?
Me parece que en los 2000 "Bostezos" fue algo distinto. Fue el primer comercial de Fabián Bielinsky. Nosotros produjimos esa película. Bostezo es un referente.
Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Bostezo", Telecom. Dirección: Fabián Bielinsky
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En los 2010 es cuando empiezan a aparecer también todas las plataformas. ¿Se empieza a producir de otra manera? ¿Hubo que aprender a contar de otra forma en el momento en que estallan las redes?
Sí, pero digo, en definitiva me parece que las pelis que quedan y las que te acordás son las ideas bien hechas sin ningún recurso nuevo. Porque los recursos nuevos, narrativas, movimientos de cámara, transiciones o boludeces, no pasa nada. Termina siendo la esencia. Una película de un solo plano bien contada, con un buen guion y bien actuada gana ahora en Cannes. No hace falta ningún recurso de nada. Las pelis ganadoras son películas simples. Es, qué sé yo, la de Volvo de Van Damme. Tiene una idea genial. Obviamente la producción es un quilombo porque tenés que hacer eso pero digo, vos la ves y está hecha de una manera simple. No hay rarezas.

Te pregunto entonces por la importancia de los festivales. A las agencias les sirvió de vidriera en su momento para empezar a abrir horizontes y poner pie en otro lado. ¿A las productoras también?
Sí. Sí porque es lo mismo, a otro nivel. A partir de que un comercial gana en un festival importante, el mundo empieza a buscar quién produjo ese comercial. Y cuando buscan un director, una productora, buscan quién hizo "Bostezos", quién hizo lo que sea. Un oro en Cannes te garantiza exposición, a mí me pasó con el primer oro en Cannes que fue BAFICI, el gato con la pipa; de repente me empezaron a llamar de Polonia, de Singapur. Se enteraron de que había un director que había hecho ese comercial y lo empezaron a buscar. Así nos pasa a todas las productoras.
Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Clarence", Bafici. Dirección: Zapiola - López
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¿Se daba esto de buscar a un director para filmar local porque la Argentina daba además de ese talento algún beneficio, o era más me lo llevo a filmar a otro lado?
Hasta 2010 ponele, 2011, 2012, igual siguieron viniendo, pero ya el cambio pasó de ser conveniente. En ese momento de 2001 a 2008, 2009, fue sí una ventana donde la Argentina era muy barata y los servicios de producción venían a lo pavote y si aparte venía con el combo del director, la productora completa, era mucho mejor. Entonces se filmaba mucho. Además de dar servicios, los directores filmaban para el mundo en la Argentina. Pero al mismo tiempo a veces convenía, a veces no convenía. Digo, no era un tema de costos sino un tema de elección. La conveniencia económica era un porcentaje chico en relación a con qué director lo hago. Con qué productora. Quién lo hace. Quién lo filma. Quién lo dirige. Porque yo fui a Tailandia, a Francia, a Inglaterra, al mundo entero, y los otros directores también, en momentos en que la Argentina era barata. Porque convenía. Por el producto, por las locaciones o porque era un auto que no iba a llegar nunca a la Argentina, o porque el cliente no se quería mover de Francia para filmarlo. Lo fundamental terminaba siendo el talento argento o lo que pasaba acá con los directores. Comerciales que recuerdo y marcaron un momento: Padres en Slip de BGH, o Camaritas para Coca Cola.
Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Padres en Slip", BGH Silent Air
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Augusto Giménez Zapiola, Nada me entusiasma más que contar un buen cuento
"Camaritas". Coca-Cola. Dirección: Maxi Blanco
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Y cuando ese talento argento se va afuera, siempre está esa idea de que somos buenísimos porque resolvemos. Entre lo atamos con alambre y genialidad parecería que nos movemos. ¿En dónde estamos según vos?
No, cuando yo produzco no hay ninguna diferencia si es afuera o acá. Salvo, si decís Los Ángeles de repente, donde, como me pasó a mí, te ponen para filmar un comercial a Matthew Libatique de director de fotografía. El director de Darren Aronofsky, director de El cisne negro, de Réquiem por un sueño. O sea, tenés gente de primer nivel mundial filmando con vos pero te diría que Los Ángeles es la única diferencia, porque después técnicamente, los actores, el nivel de resolución que tenemos en la Argentina, no hay diferencia. De hecho yo prefiero filmar en la Argentina por un tema además de conocimiento del equipo. Por ahí sí tienen mejores cámaras, mejores lentes, pero a nivel equipo técnico, a nivel calidad humana, de laburo, que es lo que va, no extraño nada estando en la Argentina y es más, creo que extraño más estando afuera lo que tengo acá.

A muchos de esos países yo me llevé al director de fotografía argentino, editor argentino. Me llevé actores argentinos a España porque eran mejores. Aparte tenés los mismos problemas. Tengo por ahí más quilombo porque está más legislado todo. Si no terminaste de filmar a las 10 horas, la hora extra es una fortuna. Entonces es loco, a las 10 horas se acabó. Filma 10 horas y no hay opción de que se te ocurra filmar una hora extra. Acá en la Argentina pagándola a un precio medianamente razonable la podíamos tener. Los equipos son más cerrados. Ni se te ocurra hablar con el extra. En Los Ángeles fui a hablar con un extra para pedirle algo y me agarraron del brazo, "¡no hables con el extra porque si hablás con el extra se recalifica!". Entonces tenés que entender los códigos de otro país organizado de otra manera. Acá hay un nivel de laburo y de profesionalismo genial.

¿La vorágine de las redes sociales donde hay que salir todo el tiempo con algo, impacta en la manera de contar de alguna manera o no? ¿Te corren los tiempos?
No, no más que siempre. Me parece que siempre hubo como "che, queremos salir" y por ahí te aprueban la idea dos semanas más tardes de lo que te la tendrían que haber aprobado y entonces te quedan dos semanas. Pero pasó históricamente eso. Hay algunos que lo piensan mejor y te dan tiempos más lógicos y otros que, bueno, aprobaron tarde y demás. Creo que el timming es medio histórico. No se modificó por los cambios de época. Hay gente más organizada, hay gente más desorganizada, que atrasan las aprobaciones entonces che, bueno, Navidad es tal fecha, si seguís dando vueltas...

En términos de la participación del director en cuanto al pulido de la idea, ¿hay ánimo de escuchar propuestas?
Sí, es como que las agencias están esperando eso. Hoy las agencias están esperando dar una idea y que el director la haga crecer cinematográficamente. O sea, todo lo que nos compete a nosotros desde el cuento, de cómo lo vamos a contar, hasta lo importante de qué actor la va a actuar. Ideas y propuestas dentro de lo que es la idea del guion de formas; chistes si hay un chiste o escenas que le aporten al guion, la agencia está como expectante y ávida de que el director le sume. O sea, no es haceme este guion y no le metas nada. Si el director le está aportando algo mejor, dentro del concepto de lo que ellos están queriendo y no te estás yendo de la idea conceptual de lo que quieren contar, hoy es parte de la manera en que te ganás el laburo también. Cuando hay una terna es a ver quién la vio mejor. De hecho hay algo ahora que es tremendo para nosotros, que es que te piden un tratamiento como si fuera un anteproyecto de un arquitecto. Pasó a ser como tratamiento de imágenes, de cosas, 30 páginas de contar cómo la ves porque empezó a ser una variable donde los directores pelean quién presenta mejor. Le dedicás una semana, cuatro o cinco días, a ese tratamiento para ver si ganás el proyecto.

¿Y eso se paga?
No, ese es el punto. Esa es una pelea que estamos queriendo sostener los directores para que, bueno, si una agencia, un cliente, quiere un tratamiento que tenga un costo como una agencia cuando pelea por una cuenta, ¿no?

Claro. Porque te mata, te alquila la cabeza una semana.
Claro. Y de los tres que llamaron, o cuatro, depende del pitch, tres se quedaron afuera, o dos se quedaron afuera porque termina siendo uno. Entonces digo, voy a la pregunta tuya del nivel de lo que buscan: te piden una devolución casi como un pitch para un comercial concreto de tu visión y entonces el que la visiona mejor, el que le aporta más, en teoría es el que la ganaría.

A fines de los 2010 y principios de los 2020 empiezan a explotar todas las plataformas de streaming y muchas productoras empezaron a entrar con propuestas, saliendo un poquito de la publicidad propiamente dicha y entrando a Netflix, a Amazon. ¿Estuviste coqueteando con ese mundo?
Sí. Hicimos más pelis para cines, plataformas, no. Como que las productoras de publi necesitábamos como el know how de una productora que ya lo venga haciendo para entrar. Porque es muy difícil entrar. Que te vean, que te compren. Tienen pilas ahí de proyectos gigantes y debés tener un gestor que vaya y que te mueva.
Yo armé un departamento de ficción hace unos meses para no depender tanto de esto, de que te dé bola Pampa, ponele, y estamos ahí con una pila de proyectos moviendo, viendo; con guiones originales y con libros comprados, novelas, queriendo hacer eso. Pero todavía estamos en proceso.

En gatera.
En gatera. De hecho ahora fuimos con un proyecto, con una idea a Apple. Lo sumamos a Adrián Caetano al proyecto porque tiene que ver con criminalidad en las calles de Buenos Aires y Caetano era perfecto para eso. Pero estamos ahí a la espera de que las plataformas entren, piquen y hagan eso. Pero todavía no es algo real desde las productoras de publicidad haber logrado entrar a esos lugares. Sí se abre el juego por la cantidad de producción que hay, pero todavía nos está costando. Todo es un aprendizaje. Todo un remo entender el proceso. Qué buscan. Tenés que trabajar para los temas que ellos dicen que miden. Es como si fuera inventarle un producto para un cliente, lo que la gente quiere consumir.

¿Qué te entusiasma de este momento a nivel trabajo, a nivel Argentina y el mundo?
Me sigue entusiasmando lo mismo que me entusiasmó siempre, que haya buenos guiones para contar, buenos guiones para filmar, y divertirme haciendo eso. Es lo que sigue funcionando, ¿no? La creatividad de siempre, histórica. No hay nada nuevo. O sea, no uso nada de inteligencia artificial, nada. En la productora sí hay gente que está trabajando con eso. Es una herramienta que va a haber que entenderla. No es que me niego a eso. Pero nada me entusiasma más que contar un buen cuento. Ni siquiera pienso en el negocio sino en el juego de seguir haciendo guiones que nos diviertan y lograr que funcionen. Me sigue gustando eso. Desde el mundo de la ficción es esto que te cuento, seguir laburando y produciendo cosas para retroalimentar la ficción, hacer ficción que me sirva para generar otro proceso de producción, otro proceso de pensamiento y otra cosa más personal. Pero desde la publi me sigue interesando lo mismo de siempre: un actor con una cámara, con fondo X, con un buen cuento, ya está.

Anuncian en la edición #158