Nos tomamos una hora con Pucho para recorrer parte de su historia con la creatividad argentina: sus hitos, su legado y su presente en Fight Films. "El secreto es ser totalmente obsesivo, pasional y disciplinado", comparte en esta nota entre otras grandes definiciones.
Cumplimos 30 años. La excusa perfecta para charlar con vos un rato porque sin duda
fuiste uno de los grandes protagonistas todos estos treinta años. Venís del lado de
los videoclips, o por lo menos la primera vez que yo escuché "Pucho" fue cuando los
Cadillacs ganan con "Matador" en los MTV.
Exactamente, así es. No se puede creer cómo pasa el tiempo.
¿Qué te acordás de ese proyecto?
Yo era director de Arte en esa época, trabajaba en Walter Thompson con Patricio Bonta.
Viajé a Europa y ahí hice mis primeras cositas como director. Después vine acá e intenté
recorrer un poco las productoras con mi trabajo como director de Arte. Trabajé con Edi un
poquito. Pero lo que quería era filmar y no me daban mucha bola, era un ambiente duro en
ese momento porque había grandes directores y todo ya estaba establecido. Hasta que hice
"Matador".
Trabajando como director de Arte en un programa de televisión que se llamaba Rebelde
sin pausa, conocí a Gabriel, a Vicentico. Hice la tapa de uno de sus discos, Yo te avisé, y a
partir de ahí, depositaron su confianza y me mostraron ese tema increíble que es "Matador".
Siempre cuento que en diciembre, ponele, me dieron el casete y lo escuché mucho tiempo en
el auto hasta marzo cuando lo filmé. A partir de ahí se abrieron las puertas de las agencias.
El primero fue mi querido Hernán Ponce.
¿Cuál fue ese primer comercial?
Fue uno de EG3, una nafta que había en ese momento. Y también nos dieron la confianza
total. Nos fuimos a la refinería de Bahía Blanca con Agustín Marqués, mi socio de aquella
época. Con él habíamos fundamos La brea después de "Matador". Fue el primer comercial
grande. Después en la agencia de Ramiro (Agulla) y Carlos (Baccetti), también me abrieron
las puertas fuertemente y luego, nada, vinieron sucesos.
Siento que se fue dando como un maridaje de duplas, ¿no? O sea, por un lado con
Agulla y Baccetti, con Ponce, después con Martín Mercado, tal vez.
Exacto.
¿Cómo se dio eso? ¿O siempre existió? Yo siento que fue como más fuerte con ustedes,
con tu generación que con las que vinieron después.
Sí, yo creo que sí. El mercado se manejaba un poco así. Cuando trabajaba con Pato Bonta, él
tenía como una relación muy cerrada con Edi, tal vez con Martín Lobo también. Eran como
coequipers. Cronológicamente es como lo dijiste, por supuesto con muchas más también.
Trabajé con todos, trabajé con Figueroa Reyes. Digo, con muchos tuve una relación muy
cercana y con mucha continuidad. Pero con Ramiro y Carlos definitivamente, no había
espacio para hacer más cosas juntos porque la verdad que yo a cada proyecto le dedico
mucha energía, me meto mucho, me involucro mucho y entonces tampoco me gusta hacer
muchas cosas al mismo tiempo. Los que podía, hacíamos.
Con Hernán pasó un poco lo mismo y, bueno, un poco más tarde con Martín definitivamente
hasta el día de hoy hay un romance de talentos. Yo admiro muchísimo lo que él hace. Admiro
a todos los que nombré. Creo que mejoran, elevan, el nivel de mi laburo porque al rendirme
a los pies de sus ideas y tomarlas y hacerlas propias, de alguna manera se genera sí una
especie de dupla, como decís. Por supuesto también con los chicos que manejan hoy en día
el equipo creativo también, no solo con ellos. Nico Massimino, por ejemplo.
Fuiste el segundo director argentino en integrar el reel de New Directors de Saatchi &
Saatchi. Primero fue Lucho en el 97 y después viniste vos y a partir de ahí se abrió como
un espacio para el talento argentino dentro de ese contexto internacional. ¿Cómo lo
viviste?
Fue importantísimo. Como bien decís, a partir de esos años se abrió un espacio hacia nosotros
gracias al talento de los grandes creativos que había en esa época y que acompañamos
nosotros desde la dirección, desde la producción, con eficacia y seriedad y con la intención
de competir internacionalmente. Nosotros teníamos un mercado mucho más chico que las
grandes potencias en esa época, Estados Unidos, España, Inglaterra. Eran mercados mucho
más grandes, los que les posibilitaban de alguna manera hacer campañas con presupuestos
gigantes al lado de las nuestras pero, bueno, las grandes ideas argentinas de a poquito fueron
escalando. Y sí, a mí me abrió las puertas fuertemente del festival, de las autoridades del
festival, de ser reconocido y conocido. A partir de ahí, yo no recuerdo si fue al año siguiente,
la productora salió como tercera productora a nivel mundial.
Otro hito.
Y yo salí también como segundo director Gunn Report abajo de Frank Budgen, que era mi
gran ídolo de esa época y de todas las épocas.
Dios lo tenga en la gloria.
Sí, un genio. Estuve revisando ahora sus trabajos, increíbles, todavía supervigentes. De
hecho hay tres directores que a mí me conmovían fuertemente: él, Tony Kaye y Jonathan
Glazer, que eran como el faro a seguir en ese momento. Ahora con estas nuevas maneras de
llegar a la audiencia se ha abierto tanto las posibilidades de generar contenido de diferentes
maneras que a veces atenta contra la producción que nosotros hacíamos porque, digamos, la
centrábamos solo en eso y los clientes se centraban solo en eso.
Tony Kaye incursionó hace tiempo en el mundo de la música y Glazer en el cine. Si
estos son tus faros, ¿estás con ganas de seguirlos en algunas de esas líneas?
Glazer en el cine fantástico. Su última película es increíble. Realmente es una lección de cine
sensorial y emocional. Soy fanático.
Mirá, la verdad yo siempre dije que la publicidad iba a ser una excusa para alguna vez seguir
un poco la carrera de mi viejo, pero la verdad es que me entretuve tanto todos estos años en
proyecto tras proyecto... Y después un poco mi vida familiar también que la cuido muchísimo
y la disfruto muchísimo. Tengo la intención de saltar a hacer algún largo o algún otro formato.
Pero, bueno, el tiempo lo dirá, por el momento estoy muy contento haciendo lo que hago y
siempre intenté en paralelo generar proyectos. De hecho tengo varios. Pero necesitás mucho
tiempo, necesitás un par de años para hacer eso. Debés tener la cabeza como muy enfocada
y bueno, no lo sé, cada uno maneja sus tiempos y su vida como puede o como quiere. Todos
me lo piden...
Lo pide la hinchada, ¿no?
Lo pide la hinchada. Pero tal vez, no sé, será la sucesión en esta carrera que es la vida. La
posta de familia la va llevando mi hijo que está haciendo su primer cortometraje. Qué sé yo,
quizás será él.
¿Y qué se siente? Recién hablábamos de tu papá y ahora tu hijo. Venís de un legado y
lo estás bajando también. ¿Cómo lo vivís?
Muy orgulloso. Y con todos los sentimientos encontrados. Cuando yo me dediqué a esto,
lamentablemente papá ya no estaba, pero sí tenía como un legado del viejo que no dejó a
ninguno de mis hermanos estudiar cine. "Si ustedes se quieren dedicar al cine", es lo que
decía él, "primero tienen que estudiar otra cosa. Tienen que nutrirse de otros conocimientos
y el cine va a venir si realmente es lo que quieren". Entonces tengo un hermano abogado,
otro arquitecto, otro médico. Yo estudié arquitectura. O sea que todos tuvimos el mandato
de ir por otros caminos y después todos terminamos en un embudo: uno produce teatro,
otro produce cine. Yo les aconsejé lo mismo a mis chicos. Lo que pasa es que en esta época
moderna, no sé, hacen lo que quieren, no me dieron mucha bola.
Bautista que hizo su primer
corto, es el más grande y estudia diseño. Empezó en la FUC, estudió dos años de cine que
le sirvieron como para conocer la historia del cine, conocer ciertas cosas que sí le vinieron
bien pero, la verdad, después, caminando por mis sets, como yo caminé por los de mi viejo,
entendió que el oficio lo podía tener de otra manera y se abrió un poco a una carrera más
curricular. Yo me puse contento con eso porque lo seguí un poquito y el viejo tenía razón.
¿Le dijiste cuál es el secreto de Pucho?
No, no hay secreto. El secreto es ser totalmente obsesivo, pasional, disciplinado. Hay que
laburar mucho. El esfuerzo es parte éxito pero es parte del éxito personal, no hacia afuera.
Desde uno, desde las metas que uno se pone y cumplirlas. Que los objetivos que uno se
ponga no estén a una distancia muy terrible sino objetivos cortos que uno pueda saltar y no
te desgarres en el medio, y puedas saltar a otro y cada vez los saltos sean más grandes. No
comerse todo el plato de golpe, ir de a poco. Es importante para tener un autoconvencimiento
de que lo podés hacer, ¿no? Cuando te parás delante de un equipo, delante de un set, delante
de muchísima gente, y hay muchísimo presupuesto atrás, que todo eso no te pese y puedas
desarrollar libremente y naturalmente lo que vos sabés o lo que vos pensás que tenés que
hacer. Y entonces ahí tenés una personalidad o por lo menos buscás una personalidad propia,
que es muy importante en esto.
Siempre digo que el mejor trabajo es el que viene. Cada vez te ponés a prueba de nuevo. Es
un partido que tenés que salir a la cancha a jugar. No es que vos vas adquiriendo horas de
vuelo, más allá de que yo tengo 262.000 horas de vuelo en esta profesión, eso no te asegura
nada. No te asegura el éxito. No te asegura llegar al objetivo que vos te propusiste o que te
proponen los demás. Es un laburo colaborativo, más allá de que vos digas soy el director,
tenés un equipo atrás al cual tenés que contener y tenés que dirigir de alguna manera hacia
un objetivo claro, y un equipo delante de gente supertalentosa e inteligente que tenés que
complacer.
¿Qué parte del proceso es la que más disfrutás?
En diferentes épocas fueron diferentes partes. Hoy disfruto todo. Pero siempre me pongo
alguna excusa. A mí me gusta mucho estar en el set. Me gusta mucho la adrenalina de estar
en el campo de batalla filmando. Lo que pasa es que para llegar a ahí tenés que ser capaz
de disfrutar las otras etapas. Disfruto mucho del momento creativo de estar sentado en mi
estudio. Mi estudio se transformó en el tercer piso de mi casa con mi perro dando vueltas,
le hago el almuerzo a mis chicos a veces que vienen del colegio con sus amigos, con sus
compañeros. Me gusta mucho cocinar. Entonces puedo tener algunos tiempos que antes no
tenía porque me la pasaba en la productora.
Ahora disfruto mucho el proceso previo donde
nacen las ideas. Cuesta un poco más llevarlas a cabo. Los presupuestos se han achicado. Como
te dije la diversidad de medios que hay genera que los clientes diversifiquen su inversión
y entonces tenés que ser muy pillo para poder lograr los mismos resultados. Entonces el
proceso de creación de eso es muy intenso, muy interesante. Disfruto el set. Disfruto de todo.
Me gusta mucho lo que hago.
Se nota. Y en temas de presupuestos, los 90 fueron exuberantes. ¿Qué pasó en los 2000?
En los 90 yo tenía mi productora con muchísima capacidad de producción, codeándome con
las agencias más interesantes, trayendo muchas agencias de afuera a la Argentina a filmar
por primera vez. Y en los 2000 me fui a trabajar a Estados Unidos donde trabajé todavía a
más nivel, con más presupuesto. La verdad que pasé unos años increíbles. Ahí sí que fue jugar
en Primera. Zafé de los 2000 en la Argentina. Fue una crisis muy violenta, pero esa crisis
generó que haya un renacimiento. Siempre cuando uno toca fondo salta de nuevo mucho
más alto que antes, ¿no? Y eso fue lo que pasó un poco con la Argentina, con el mercado.
Nacieron todas las nuevas productoras. Se generó un espacio y un lugar medio único donde
los nuevos talentos empezaron a emerger.
"2001" se ramificó casi en seis productoras. La
gente que trabajaba conmigo se armó sus propios equipos y armaron productoras increíbles.
Nacieron productoras importantísimas que generaron un trabajo increíble. Yo de hecho no
desaparecí del todo sino que pasé los primeros cuatro años trabajando fuertemente afuera
pero después empecé a volver y ahí se generó también una base de trabajo donde venían a
filmar mucho a la Argentina. Clientes enormes como Coca-Cola, por ejemplo, y los trajimos a
filmar un montón acá. Toda esa época fue importantísima. Los 2000 fueron la base de lo que
hoy en día son las grandes productoras en nuestro país.
¿Qué te trajo de vuelta? ¿Por qué dijiste "ya es hora de volver"?
Y, me trajo de vuelta eso que tenemos los argentinos de la amistad y la familia y el mate y los
asados del domingo, y tocar la puerta de la casa de un amigo y entrar cuando quieras. Y que
vengan a casa y recibirlos sin invitación. Qué sé yo. Me trajo mi familia. Formar mi familia.
Mi primer hijo del que estábamos hablando, Bautista, nació en Los Ángeles, es californiano.
Nos bancamos los primeros cuatro años con él ahí, cuando Marianita, mi mujer, quedó
embarazada de Carmelo, mi segundo hijo, ahí ya decidimos que él naciera en la Argentina.
Tanto mi mamá, que en esa época tenía como 90 años, como los papás de Marianita tenían
que disfrutar la felicidad de los nacimientos, un participante nuevo de la familia. Yo vivía en
un lugar increíble en Malibú, iba a la productora al Central LA ahí en Los Ángeles, o sea, todo
era una película, pero no sé si ese era el lugar para criar a mis hijos, para que estudien, para
que tengan sus amigos. Un lugar muy difícil para eso. Todas esas cosas jugaron un poco. Por
otro lado estaba en una gran productora trabajando en un proyecto muy grande para hacer
un largometraje que se frustró entonces eso también ayudó a decir bueno, vamos a buscar
un poco más mis orígenes y tratar de encontrar historias en mi lugar. Un poquito todo.
Y este año un nuevo comienzo en Fight Films. ¿Qué te tentó?
Me tenté con Sebas y Fer. Hace mucho coqueteábamos con juntarnos. Fight es un espacio que,
creo, necesitaba de un director como yo y yo necesitaba de una productora que gire en mi
entorno. Yo soy un tipo bastante demandante cuando trabajo. Me gusta que los equipos estén
pendientes de lo que estamos haciendo en ese momento. Además, Fight es una ramificación
internacional muy potente. Ellos están con un pie muy fuerte en Europa, con una productora
divina en Madrid. Acaban de hacer todas las Olimpíadas de una manera brillante, increíble y
superintensa. Tienen una base muy fuerte en México, Colombia, Chile, Uruguay y Argentina,
por supuesto. Trabajo un par de proyectos al mismo tiempo, entonces necesitaba una misma
productora que me organice en los diferentes mercados. Admiraba el trabajo de ellos desde
hace rato así que fue una gran decisión. Estamos trabajando intensamente, te diría.
Y ya están al aire con una campaña para Patagonia.
¡Sí! Patagonia es una campaña hermosa. Aparte con Sebas (Wilhelm) y Maxi (Anselmo) que
los quiero, los admiro. Me hace bien trabajar con ellos y sus ideas. Nos entendemos casi sin
hablar. Así que sí, superfeliz de haber hecho esa campaña que es una de las primeras de Trans
Company, su nueva agencia. Y también muy feliz de que sea la primera con Fight. Ahora van
a venir un par más...