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Rapp Argentina
Ampliar el scope
Por Carlos Acosta
“Una estrategia,o una gran idea incompleta, con una mala
dirección de dispositivos, de soportes o de medios no tiene
ningún valor hoy en día. El objetivo es trabajar en ese proceso
virtuoso entre la data, la tecnología y la creatividad” afirma
Franco Luca, Country Manager de Rapp Argentina. En esta
entrevista define la estrategia de la agencia para alcanzarlo
y comparte el gran año de trabajo a pesar del contexto.
Contanos un poco lo que ha sido este proceso de evolución que ha tenido
RAPP en la Argentina y que se consolida con tu llegada.
RAPP teóricamente viene del mundo del marketing directo. Nace en Madison
Avenue. Pero fue evolucionando junto con la misma evolución de la comunicación
y hoy podemos decir que es una agencia moderna, una agencia actual. A toda esa
experiencia con la data a partir del one to one marketing hoy se busca sumar una
nueva propuesta de valor, agrandar nuestros servicios y expandirnos poniendo
el foco en cuestiones que quizás en algún momento se dejaron de lado por
necesidades propias del negocio de RAPP. El objetivo es retomar la creatividad
y las ideas como un norte para la agencia sumando un layer de data y de big
idea más la tecnología para implementar esas ideas. Yo siempre digo que tan
importante como las ideas es cómo estas se ven y se muestran. Una estrategia,
o una big idea incompleta, con una mala dirección de dispositivos, de soportes o
de medios no tiene ningún valor hoy en día. El objetivo es trabajar en ese proceso
virtuoso entre la data, la tecnología y la creatividad. Estamos en ese camino hace
ya casi seis meses desde mi llegada a RAPP.
Claro, fueron seis meses muy especiales, ¿no? Pandémicos y de mucho trabajo.
¿Cuál es tu background previo?
Sí. Es un momento como distópico, a lo Black Mirror, un momento particular y
complejo también. Con respecto a mi background, fueron quince años de agencias.
Omnicom, arranqué en WPP trabajando en Wunderman. Los últimos cuatro años
estuve en el Grupo Publicis, liderando una agencia cautiva que tenía Starcom,
LiquidThread, donde sumé la pata de medios a mi costado creativo. Y empecé
a entender lo que era la tecnología al servicio de las ideas. Segmentación de
audiencias, compra programática. Empecé a trabajar con tecnología, vi cómo se
empezaban a performar las piezas, a trabajar en eso. Después tuve el rol de Chief
Officer de todas las oficinas argentinas del Grupo, lo que me dio una visión de las
diferentes culturas de agencias. Mi objetivo era ayudar a la digitalización de las
agencias más tradicionales que no estaban en ese camino. Mis últimos dos años
en el Grupo Publicis lideré Digitas, la agencia global digital creativa del Grupo.
Ahí sumé un tercer layer a mi visión de la comunicación: el trabajo muy cercano
a la data. Creo que ese recorrido y esa visión más panorámica de la comunicación
es lo que me trae hoy a RAPP. Buscamos transformar nuestro modelo hacia algo
más holístico.
Hoy hablar de agencias digitales o de agencias que buscan trabajar sobre la
experiencia es obsoleto, todo tiene que formar parte del ADN de una agencia,
¿coincidís?
Sí, es también acostumbrarse a trabajar con recursos y con talento que tal vez
tampoco vienen del palo de la comunicación; insertarlos en el universo de una
agencia y en la cultura de la publicidad es difícil. Pero ahí está el desafío, juntar
el mejor talento y entender que los procesos hoy en día son diferentes. Los
formatos de agencia en los cuales están los creativos por un lado y los cuentas
por el otro no funcionan más. Es necesario agregar herramientas de gestión a los
proyectos. En RAPP trabajamos en un modelo ágil, con una metodología scrum, en
el cual tenemos mesas interdisciplinarias que trabajan para los clientes. Eso nos
funciona hiperbien porque logramos, más allá de un alto delivery, un profundo
conocimiento sobre el negocio de nuestros clientes. Creo que ahí hay una clave.
El conocimiento profundo y el partnership verdadero con los clientes a partir de
entender su negocio. Cuando logramos esas mesas ágiles y que todo el mundo,
desde un diseñador hasta un programador, esté inmerso en el negocio del cliente,
alcanzamos ideas más funcionales. En las últimas décadas hubo una confusión:
las agemáncias volvieron más importantes que los clientes; los premios o los
casos, más importantes que las campañas. Y ahí se perdió el foco.
Recientemente incorporaron un nuevo equipo creativo, ¿cómo los tentaron
y qué les atrajo de la dupla?
Desde hace un tiempo en RAPP estamos transitando una etapa de transformación.
En ese camino, una de las cosas que estamos trabajando es en la reivindicación del
valor de las ideas como un factor clave para resolver problemáticas de negocio de
los clientes. Para lograrlo es clave sumar al equipo el talento correcto, perfiles que
más allá de buenas ideas tengan orientación en performance, interpretación de
data y se hagan las preguntas correctas a la hora de pensar. Creo que el formato
de la agencia y nuestra propuesta de valor empiezan a resultar un desafío cada
vez más atractivo para creativos que quieren salir del modelo tradicional. Tanto
de Hernán [Uresandi] como de Leandro [Romero] nos cerró su capacidad analítica,
su trabajo con un enfoque completo en el journey del usuario, en el cual, si se
entiende cada punto de contacto, se encuentra una oportunidad para desarrollar
ideas relevantes y funcionales. Ellos tienen el expertise para trabajar en eso y
sentimos que hacen completo match con la agencia en este nuevo presente.
¿Cómo ves la maduración del mercado de datos en la Argentina?
Es una práctica que está en desarrollo, actualmente diría que nuestro mercado
está en un estadio de baby steps, claro que con algunas agencias y anunciantes
más desarrollados que otros, pero en general hay una moda hoy a la hora de
hablar de data. En la Argentina tenemos talento world class, pero poca cultura
de datos aún. Muchos dicen que la usan, pero somos pocos los que realmente
tenemos el equipo y el talento para hacerlo. Hoy existe abundancia de datos
sobre las audiencias y sus comportamientos, tanta información que puede hasta
confundir una estrategia. La clave está en hacernos las preguntas correctas e
interpretar esta información para tomar decisiones ágiles. Como nunca antes, se
necesita una combinación entre el pensamiento, la voz humana y la tecnología.
En ese camino estamos avanzando.
Algunas marcas estaban más preparadas que otras para responder a algo
tan inesperado como la pandemia. ¿Qué te gustó de lo que viste en estos
últimos siete meses?
Siento que muy pocas marcas estábamos preparadas para responder a un
contexto como este, pero no nos quedó otra que salir a resolver y la pandemia
se ocupó de acomodarnos; creo que una característica de este período es que nos
igualó en muchos aspectos a todos. Con respecto a la comunicación, una frase
que dije mucho estos meses fue “mantengamos la relevancia, pero evitemos
el oportunismo”. Siento que en general la mayoría de las marcas terminaron
hablando con un tono muy similar, lleno de lugares comunes. En las marcas que
realmente toman acción y no se quedan en otra de las modas del storytelling
publicitario actual, que son las “marcas con propósito”, algo local que me gustó
fue lo de Gancia a los días de iniciada la cuarentena: salió con #OtraRonda para
apoyar a los bares cerrados, algo hiperrelevante para su negocio, con muy buena
sincronía y una prolija ejecución que luego muchos replicaron. A nivel global, la
campaña de Nike “You Can’t Stop Us” me parece que abordó problemáticas que
afectan al mundo de hoy, desde la pandemia hasta temas raciales de una manera
alucinante.
¿Cuál era la inquietud más recurrente de los clientes de RAPP durante el
lockdown? En esos llamados o zooms de los primeros meses, ¿qué era lo que
más les preocupaba? ¿La comunicación estaba entre sus prioridades? ¿Cómo
fue evolucionando?
La sensación inicial fue la de una incertidumbre total, muchos de los primeros
llamados o zooms fueron para poner en hold fees, inversiones y planes de
comunicación en general. Esto duró unas semanas, hasta entender que callar a
las marcas no era opción. Desde el comienzo de la cuarentena, para nosotros fue
clave estar más cerca que nunca del negocio de nuestros clientes, trabajando con
mucho foco en la proactividad, acercando ideas y soluciones para transitar juntos
el momento. Todo se fue acomodando con el correr de los días y hoy, viendo
hacia atrás y analizando nuestras relaciones, creo que fue una oportunidad para
RAPP de forjar partnerships verdaderos con la mayoría de ellos. Transformarnos
en aliados estratégicos a partir del profundo entendimiento de las problemáticas
de las marcas, es el rol que queremos tener, sin lugar a duda.
¿Cuál es tu playbook para 2021?
Estamos cerrando un 2020 excelente, contra todo pronóstico por este año tan
particular; y los esfuerzos 2021 van a concentrarse principalmente en continuar con
algunas cosas que empezamos a trabajar durante este año y pensamos consolidar
el próximo. Una de ellas es la expansión de nuestro rol de hub LATAM para la red:
el offshoring de servicios y el trabajo para otros mercados de la región se va a llevar
gran parte de nuestra agenda. Por otro lado, de la mano de Connie Demuru, se está
desarrollando la práctica de consultoría en CRM y customer centricity: una nueva
vertical de servicios que ya estamos implementando, orientada a las compañías
que están atravesando procesos de transformación hacia una integración real
de sus touchpoints, priorizando la experiencia del cliente. Personalmente espero
que el año próximo nos encuentre un poco más cerca. En la agencia, si pudimos
hacer todo esto a la distancia, estando juntos no tengo dudas de que 2021 puede
ser el año de RAPP.